Segunda Parte.
Todo es creación de nuestros cerebros. Lo encuentro dentro de mí y lo proyecto hacia fuera. Es ahí donde comienza el proceso de percepción de los otros. Si creo que puedo, los demás percibirán que realmente puedo. Si visualizo unos jardines maravillosos y lo proyecto hacia fuera entonces eso es lo que percibirán los otros. Pero, ¿de dónde viene toda esa información? debe haber una fuente y esa fuente es Dios, el creador de todo, que nos da la libertad de elegir en que enfocarme o crear. Es como tener una versión de algo y luego mejorarla a través de la experiencia de nuestra alma que regresa a la fuente con información necesaria y al final se actualiza la versión de lo creado a algo mejor.
